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lBueenatra Reseñas
Gescrraitnodrees sde la FE
Por Rev. Orlando Manso
Ed w a r d que antaño, no porque la época de los damos; en tanto que viva debe el cris-
McKendree milagros haya pasado, ni porque Dios tiano orar: aprende a orar cuando
Bounds haya cesado de obrar, sino porque la ora- empieza a vivir”.
(1835-1913). ción ha sido desprovista de su simplicidad,
Abogado, evan- su majestad y su poder. Se ha atrofiado, La única condición y limitación a
gelista y pastor marchitado y petrificado, porque la fe en la oración se encuentra en el carácter,
de la Iglesia Dios lleva a cuestas toda clase de dudas y objetivo del que pide. La medida de
Metodista sobre la capacidad divina o se ha enco- nuestra fe en la oración es la medida
en Missouri, gido a causa del temor. Y cuando la fe de lo que Dios da.Tal como el Señor dijo
Estados tiene una visión distante, telescópica de al ciego: “Conforme a vuestra fe os sea
Unidos. Escribió 11 libros, 9 de Dios, la oración no obra milagros ni hace hecho” (Mt. 9:29).
ellos dedicados a la oración.Tenía maravillas. Pero, cuando Dios está cerca,
como rutina diaria despertar a a simple vista, la oración hace otra vez Esta es, pues, la medida de la oración.
las 4 de la mañana y orar hasta maravillas. Pensemos en Dios... Démosle La medida de la respuesta es la de la
las 7. Murió teniendo publicado más y más importancia hasta que todo petición.
solo 2 de sus hoy famosos libros. el horizonte de nuestra vida se llene de
En la tremenda lucha en este mundo fe y de luz. Entonces, la oración será una Si la persona que ora lo hace con las
entre Dios y el diablo, entre el bien y el mal, maravillosa herencia de portentos. Esto es, características que hacen válida la ora-
entre el Cielo y el infierno, la oración es la las maravillas de la oración se ven cuando ción, las posibilidades son infinitas.
poderosa fuerza que vence a Satán, dando recordamos que los propósitos de Dios son
victoria sobre el pecado y derrotando al cambiados por la oración; la ira es apla- La oración estará así condicionada
infierno. Sólo caudillos que oran cuentan cada, y el castigo es remitido por la oración. por el carácter del que ora.
en este mortal conflicto. Sólo los que oran Toda la gama de los tratos de Dios con el
pueden ser enviados al frente. Estos son hombre es afectada, pues, por la oración. El Espíritu Santo pone en nues-
los únicos que son capaces de contender tros labios la oración que el Padre está
victoriosamente con las fuerzas del mal. “Orar sin cesar” (1 Ts. 5:17) es orar deseoso de contestar: ésta es la medida
En efecto, las oraciones de los santos por todo, orar en todas partes; estas de nuestra fe, la coincidencia de las dos
son una fuerza perpetua contra los pode- órdenes de continuar expresan la energía voluntades, la del que ora y la del Padre.
res de las tinieblas; una poderosa energía incesante de la oración y sus posibilida- Por ello, la oración que trata de imponer a
para vencer al mundo, al demonio y la des inagotables, así como la necesidad Dios nuestra voluntad en contra de la suya
carne, y marcar el curso de los movimien- rigurosa. Sí, la oración lo puede hacer es una insensatez: no es oración; ante Dios
tos de Dios, frente a las obras del diablo. todo. Es más, la oración debe hacerlo es un balbuceo de palabras incoherentes.
Las maravillas del poder de Dios se man- todo... “La oración es la forma más sim- No tiene nada de extraño que haya tantas
tienen, se vuelven reales y presentes y se ple de habla que aun labios de niños oraciones incontestadas; les falta un ele-
repiten sólo por medio de la oración. Dios pueden intentar; la oración es la música mento esencial: que sean comprensibles
es ahora menos evidente en el mundo y más dulce y suave que a la divina majes- para Dios. Mientras que el hombre que
sus manifestaciones menos asombrosas tad puede alcanzar. ora conforme al carácter que el Espíritu
Santo ha dado forma, que vive dando el
La oración tiene por misión hacer fruto del Espíritu y que mueve sus labios
llegar las bendiciones que Dios quiere inspirado por Él, recibirá de Dios todo
lo que pide. [Fragmento tomado
del libro Lo mejor de Edward M.
Bounds, Editorial Clie, 2001]
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