La Biblia y la literatura de ficción

La Biblia es una colección de libros donde se puede apreciar una gran variedad de géneros literarios, entre ellos muchos relatos de ficción que expresan mensajes y enseñanzas espirituales universales.

La literatura evangélica por muchos años ha tratado de explicar dichos mensajes y enseñanzas por medio de múltiples ensayos y estudios bíblicos. Pero hoy en día cada vez más escritores vuelven a usar las formas poéticas de la literatura para explicar el evangelio.

A continuación extractamos algunos fragmentos de nuestra conversación sobre el tema con dos destacados autores de literatura cristiana de ficción: César Vidal y Jeanette Windle.

“Si aprovechamos la Internet, el cine y la TV, ¿por qué no vamos a hacer lo mismo con la literatura?” — César Vidal

César Vidal es un reconocido y fecundo escritor cristiano, de sólida formación teológica. Sus libros, muchos de ellos de ficción literaria, trascienden los reducidos espacios que reservan las grandes librerías a las obras evangélicas o religiosas.

Vidal es el tipo de escritor que mejor puede opinar sobre la búsqueda de obras de calidad en la literatura cristiana de ficción.

¿Se puede hacer evangelismo a través de la literatura de ficción?, le preguntamos.

“La literatura constituye una magnífica forma de acercar a los no creyentes el mensaje del Evangelio y los valores de la Biblia.

“No me cabe la menor duda que se puede hacer evangelismo a través de la literatura de ficción. Llevo haciéndolo por años, y podría aducir testimonios conmovedores, como el de aquel hijo que me agradeció que las últimas horas de su padre se hubieran visto endulzadas por la lectura de una de mis novelas y que hubiera muerto repitiendo una oración que figuraba en sus páginas.

“Por supuesto, no deseo establecer comparaciones ni mucho menos minimizar el ministerio de nadie, pero no existe un solo dirigente cristiano en la actualidad que haya alcanzado a tanta gente como autores cristianos del tipo de C. S. Lewis con sus Crónicas de Narnia. En mi caso –y les ruego disculpen la locura de mis palabras–, el número de personas que lee mis novelas es muy superior al de las que puedan asistir a una campaña evangelística en mi nación, o incluso ver o escuchar programas evangelísticos.

“A ese factor cuantitativo hay que sumar el cualitativo. Existen millones de personas que no pisarían una iglesia, que no acudirían a una predicación, que incluso se negarían a leer un folleto o ver un DVD cristianos, pero que sí leen ficción si ésta es buena y atractiva.

“Finalmente, quiero darle un argumento esgrimido por el propio Martín Lutero: ‘¿por qué hay que dejarle al diablo la buena música?’. Si aprovechamos la Internet, el cine y la TV, ¿por qué no vamos a hacer lo mismo con la literatura?”

“No hay mejor momento para un escritor cristiano que ahora” — Jeanette Windle

Jeanette Windle es una destacada autora de novelas de ficción, tales como Crossfire [Fuego cruzado], Jana’s Journal [El diario de Jana], The DMZ [Zona de despeje], FireStorm [Tormenta de fuego] y Betrayed [Paz ardiendo], todas escenificadas en América Latina, donde creció y vivió por muchos años. Y aunque ahora reside en los Estados Unidos, continua escribiendo sobre Latinoamérica y ayudando en la formación de nuevos escritores cristianos.

Algunos se lamentan de que la literatura evangélica de ficción no haya conseguido llamar todavía la debida atención entre los lectores hispanoamericanos en general. ¿A qué piensa Jeanette Windle que se debe esto? ¿Al mal trabajo de las editoriales? ¿Al prejuicio de los lectores? ¿A la falta de buenos escritores?

“Hay bastantes factores, pero la falta de deseo de una buena ficción cristiana no es uno de ellos. Más que todo, hasta el día de hoy ha sido una cuestión económica. Los libros son caros. Debido a los impuestos, en algunos países (Bolivia, por ejemplo, donde viví por 16 años) un libro cuesta el doble de lo que cuesta en Estados Unidos, mientras que los salarios de los profesionales son una décima parte.

“Una gran cantidad de las personas que han recibido al Señor y llenado las iglesias en los últimos 20 años son de una clase económica que apenas puede comprar una Biblia. Por eso, aun queriendo más libros, la gente no los ha podido comprar. Las librerías evangélicas, que mayormente son las únicas que venden ficción cristiana, muestran novelas como un lujo que pocos pueden comprar.

“Si las editoriales cristianas han publicado pocas novelas, ha sido también por las razones económicas de no poder venderlas. Y si ha habido pocos escritores, ha sido también porque con pocas oportunidades no se han atrevido a desarrollarse como novelistas.

“Es cierto que ha existido por parte de algunos líderes cristianos un prejuicio contra la novela cristiana. Pero solo debemos recordar que Jesús mismo usó el poder de las historias para compartir verdades espirituales. El profeta Natán usó una historia de ficción en 2 Samuel 12 para llevar al rey David al arrepentimiento. Aun cuando había pocas novelas cristianas en mi adolescencia en Colombia y Venezuela, recuerdo el impacto que tenían novelas como Cuando llora un guerrillero y otras publicadas en ese tiempo. Yo deseaba siempre leer más.

Y hoy en día tenemos una nueva generación en Latinoamérica, y todavía más en España, dentro y afuera de la iglesia, que ha recibido una buena educación y tiene un gran deseo, no solo de leer novelas, sino de escribirlas”.

¿Cuáles son los ingredientes que un escritor debe tener en su formación para hacer buena literatura de ficción desde una perspectiva bíblica o evangélica? ¿Ese tipo de escritor nace o se hace?

“Como en cualquier talento artístico, el escritor tanto nace como se hace. No se puede entrenar una voz que no sea linda de nacimiento, ni un gran pintor. Igualmente, algunas personas nacen con el don de usar el lenguaje en una forma artística, pero hay que entrenarlas para que lleguen a la excelencia como escritor.

“Hay dos puntos importantes para desarrollarse como escritor:

“El primero: Lee. Lee. Lee. No puedo dejar de enfatizarlo. No se puede memorizar como usar el idioma y las imágenes. Es algo que se absorbe de las mismas páginas de los libros que leemos. Cuanto más llenamos nuestras mentes con lo mejor de la buena literatura, mejores escritores seremos. Lee tanto las obras clásicas como las contemporáneas.

“El segundo: Escribe. Reescribe. Y reescribe de nuevo. El escribir requiere práctica, tanto como algún instrumento de música. Y también requiere la humildad de reconocer que sus palabras no son dictadas por Dios como las Santas Escrituras, sino que siempre se pueden mejorar. Pedir a alguien que lea su manuscrito y le comente donde vea problemas o confusión sin que medien sentimientos personales, ayuda mucho. Yo hasta ahora reescribo mis libros por lo menos tres veces.

“En cuanto a una perspectiva bíblica, en mi opinión, es imposible escribir sin que la perspectiva de vida y la fe, o la falta de fe, del escritor salgan en las páginas del libro. Las convicciones del escritor son elementos que definen toda la perspectiva de su historia, el sabor de los personajes, y definitivamente la resolución del conflicto. No es algo que se pueda fingir, o por lo menos no con éxito. Lo que define la ficción cristiana no es el “lenguaje evangélico” que use, sino un mensaje espiritual tan integrado a su trama que no se puede descartar sin eliminar la historia misma.

“Por ejemplo, mi novela de intriga internacional Zona de despeje no contiene una sola reunión de iglesia u otra actividad cristiana. Los protagonistas están demasiado ocupados escapando de la guerrilla armada en la selva colombiana. Sin embargo, sería imposible separar la historia o los protagonistas del mensaje espiritual poderoso de la soberanía de Dios en un mundo caótico y el llamado a los hijos de Dios a dar sus vidas en sacrificio personal.

“Una advertencia quiero hacer. El escritor cristiano puede y debe presentar un mensaje espiritual bastante claro. Sin embargo, el “lenguaje evangélico” no equivale a mensaje espiritual. Similar a cuando compartes tu testimonio personal con alguien que no es cristiano, la meta al escribir debe ser comunicar el mensaje sin usar una terminología que se entiende solo dentro de las paredes de la iglesia. Igualmente, la novela no es el lugar para hacer que el protagonista predique un sermón entero o lance discusiones teológicas de su controversia favorita. Debemos recordar, con el ejemplo mismo de Jesús, que la ficción es primeramente contar una historia con un punto espiritual que fluye de la historia misma, no predicar un sermón”.

¿Cómo ve el futuro de la novela cristiana de autores hispanos?

“Nosotros, que escribimos en el contexto latinoamericano, tenemos una ventaja bastante grande en que vivimos en una cultura por lo menos nominalmente cristiana, donde si la mayoría de las personas no tiene una relación personal con Dios, por lo menos reconocen la realidad de Dios en el mundo y están abiertas a temas espirituales.

“Además, en el mundo hispano hay una población con acceso a la educación cada vez más grande, creando cada año más lectores y un creciente mercado para libros. Y ya casas publicadoras que están empezando a considerar y publicar ficción cristiana. En la historia de la publicación, no hay mejor momento para un escritor cristiano con talento y visión que ahora.

“Si no hay ningún otro propósito que dar a la ficción secular una alternativa cristiana sana, con valores bíblicos ya tendría valor la ficción cristiana. Además, gente que nunca abriría un libro de teología sí leería una buena obra de ficción con un mensaje espiritual. Para reconocer las posibilidades, solo tenemos que fijarnos en las ventas globales en docenas de idiomas de la serie Dejados atrás, de Tim LaHaye y Jerry Jenkins.

“Nuestro desafío como artistas cristianos debe ser escribir una obra literaria tan sobresaliente que el editor o el lector secular no puedan soltarla, pero sin sacrificar un mensaje espiritual integral. Nuestra gran meta debe ser ver nuestras obras en cada librería cristiana o secular de todo el mundo hispano; marcar como nuestra competencia no solo a la serie cristiana Dejados atrás, sino a Gabriel Garcia Márquez, Isabel Allende, y otros grandes novelistas hispanos. Si logramos ganar respeto como artista literario, junto a ello lograremos ganar audiencia para el mensaje espiritual contenido en nuestras historias”.

___________________
Condensado de entrevistas realizadas a dichos autores por Jorge Julio Gonzalez, editor de Christian Editing.

One Response to "La Biblia y la literatura de ficción"

Post Comment